‘uno de esos días’, el álbum debut de Chico Jorge.
Foto © María Pol.

El músico barcelonés Jordi Bastida escribe sobre lo que le duele, abrazando la tristeza, encapsulándola en 10 canciones y explicándosela a sí mismo en uno de esos días, un disco valiente y honesto donde siempre luce la esperanza al final del túnel;
Con referentes estilísticos de la talla de Deerhunter, Wilco o The Strokes, el indiepop ruidoso de Chico Jorge traduce a la perfección los escenarios anímicos ambivalentes que plantea, donde conviven emociones opuestas que se encuentran y se entremezclan;
Conocido por ser el guitarrista de Sidonie y Alizzz, Jordi Bastida defenderá en directo la puesta en largo de su proyecto personal presentando uno de esos días en la sala Heliogàbal de Barcelona el jueves 13 de noviembre.
Las personas más valientes que conozco no son las que se enrolan en un ejército o las que combaten a gritos sus miedos, sino aquellas que se atreven a mirar cara a cara a todo aquello que les duele. El músico barcelonés Jordi Bastida es una de ellas. En paralelo a su trabajo de guitarrista de Sidonie y Alizzz, utiliza su proyecto personal, Chico Jorge, para rebañar a fondo su corazón y así aprender a procesar todas las vertientes del dolor que conlleva el hecho de estar vivos. Lo hizo en su EP de debut de 2021, Chico Jorge i, y ha vuelto a hacerlo en su primer disco largo, uno de esos días, donde lejos de rechazar la tristeza, la abraza y se la explica a sí mismo.
Son diez canciones de indiepop ruidoso que hablan de amor, de echar de menos, de pedir ayuda, de ser paciente, de pérdida y duelo, de estar perdido, de enamorarse, de odiar y de echar de menos de nuevo. Todo un abanico de razones por las que, en un mal día, podemos hundirnos. Pero en el idioma lírico y musical de Chico Jorge siempre hay reservado un hueco por el que entra la luz. Su verso es idealista y melancólico, romántico y luminoso al estilo becqueriano; y sus guitarras, aunque pueden sonar a veces frenéticas, rotas o afiladas, nunca se rinden a la oscuridad, dibujando melodías siempre hermosas y esperanzadoras. Demostrando ser un alumno aventajado de la academia Wilco, un fiel seguidor de los maestros Cox, Hammond Jr. y Cline.
Así pues, con uno de esos días, Jordi plantea escenarios anímicos donde conviven emociones opuestas que se encuentran y se entremezclan, terrenos ambivalentes donde nada es sencillamente blanco o negro. No son canciones de amor y ya. Son de amor del tipo estelar/meteórico y cegador que ahora duele como el de ‘eres un sol’; o del que además de doler hace daño, como explica en la acelerada y nerviosa ‘cupido enamorado’. Van de echar de menos pero preferir echar de menos a olvidar, como ‘cigarrillos’, un medio tiempo que tiene algo de la elegante melancolía de Grizzly Bear. O retratan, como ‘lejos de la piel’, la contradicción de no reconocer al ser que habitas en la antesala de un gran cambio que no termina de llegar.
En realidad, solo las dos piezas finales, ‘fantasma’ y ‘vacío querido’, expresan emociones inequívocas, monolíticas: desprecio la primera, y una evocadora nostalgia con un puntito de shoegaze a lo Deerhunter la segunda. Pero en el resto el sentir se muestra como un proceso más complejo, con sus aristas, sus discordancias y sus escondites. Así Chico Jorge pone en valor, por ejemplo, la suerte de poder encontrar refugio en la amistad cuando la vida nos atropella. Lo hace en ‘hiperventilación’, cantando “menos mal que hoy te vuelvo a ver / en el bar para hablar / y reírnos de la mierda / que ha subido poco a poco / y no deja respirar. / Y dibujar un corazón / en la estrella de la Damm / donde quepamos los dos / y nadie nos pueda encontrar” (sin duda, la declaración de amor más bonita del disco, dedicada a su amigo Josep, de L’Últim Europeu). Y también en ‘uno de esos días’, con la preciosa metáfora de “escuchar el mar que dibujabas en mi pelo” como sinónimo de seguridad, cuidado y salvación. Un tema redondo y exultante que no por casualidad da título al disco. Porque hay que ser muy valiente para saber pedir ayuda.
Jordi Bastida abarca tanto con su enorme corazón que es capaz hasta de encapsular la conexión entre el desamor y el duelo en dos temas tan opuestos como son ‘¿dónde está mi corazón?’ y ‘¿quién reinará en el Born?’. El primero, rozando el stoner-space-rock de Jason Pierce, donde la bronca es por la pérdida es de una relación entera; y el segundo, delicado a más no poder, a modo de canción de cuna y despedida de su difunta gatita, Agustina. Por eso queremos tanto a Chico Jorge. Y por eso quien firma estas líneas y su inseparable socia, Eneida Fever, fundamos el sello Magic in the Air: para acompañar a este pedazo de artista y para alumbrar juntos un disco que suscribimos línea a línea, guitarrazo a guitarrazo, sentimiento a sentimiento. Porque nos une el mismo romanticismo que envuelve a Chico Jorge; por la música y por la vida.
