SEX FACES canaliza energía pura en el nuevo LP ‘BAD VIBES OST’ (Slovenly Recs).

En el bajo mundo de Washington D. C., donde los amplificadores vibran más fuerte que la mierda de la ciudad, SEXFACES ha estado preparando algo retorcido. Su álbum debut, BAD VIBES OST, es una pieza de nihilismo punk, llena de ruido y sin adornos, que se lanzará en mayo de 2025 a través de Slovenly Records. Grabado y mezclado en abril de 2024 bajo la omnipresente sombra de Boner 4Ever por Dan Angel y producido por Ben Schurr, esta dosis de energía caótica de 11 pistas es el sonido de una banda que sabe exactamente lo que hace, y no le importa si te gusta o no. Acompañando el lanzamiento, se incluye un video irregular y visualmente impactante dirigido por Jonathan Howard, que canaliza la misma urgencia cruda y desafío sin florituras que impulsa el disco. SEXFACES no está aquí para ser amable. Jacky Cougar (Des Demonas, Thee Lolitas) aporrea la batería como si le debieran dinero, mientras que Sal Go (Stop Worrying & Love the Bomb, The NVs) corta el ruido con una guitarra a partes iguales de maleducada y brutal. Hana Racecar (Tadzio, Coven Tree) toca la viola con una elegancia burlona, y FiFi Allin (TK Echo, Et At It) lanza líneas de bajo contundentes y sinuosas. Juntos, crean un sonido que arrastra la locura monótona de Velvet Underground por la cloaca, la filtra a través del ingenio mordaz de The Fall y lo une todo con el ataque punk de The Damned y la arrogancia sórdida de Royal Trux.

“Tocamos música a todo volumen, sin rodeos, para gente mala”, dicen. Puede que sea cierto, pero la banda sonora de BAD VIBES es demasiado contagiosa como para ignorarla. Tras su EP Young Team, la banda se reunió con Dan Angel para capturar este torbellino de garage ruidoso, pop no-wave y post-punk áspero. Masterizado por Jim Diamond, de la infame Ghetto Recorders, es un disco hecho para que el volumen esté al máximo. “Ultraviolence” es ese tipo de flashback donde sientes que el mundo se acaba una y otra vez”, dice Sal. “Con el tiempo, aprendes a sobrellevarlo, pero normalmente de forma poco saludable”. Esa tensión atraviesa la banda sonora de BAD VIBES, desde el mordaz llamado a la acción feminista «Can’t Do That» —que Jacky empezó a escribir antes de pasársela a Sal—, quien la terminó con una visión de canallas colgados y multimillonarios obligados a rendir cuentas. Lo mismo ocurre con «SCUM»: «Comí un comestible demasiado grande, estaba como una cuba, escondido en la cama untando queso de cabra en unos Tostitos, y descargué el manifiesto de Valerie Solanas… No creo en fantasmas, pero sentí como si me estuviera poniendo un cigarrillo encendido en el ojo», dice Sal. «Llamamos a su primo durante la grabación, pero se negó a hacer comentarios».

Jacky recuerda haber recordado mal una anécdota de Lemmy Kilmister al titular «Can’t Do That». «Lemmy me contó sobre unirse a Hawkwind: ‘Estaba alucinado con ácido porque todo estaba mezclado, me tropecé en el escenario y alguien me dio un bajo y me dijo ‘toca algo en G, este se llama You Shouldn’t Do That’. Pero lo recordaba como You Can’t Do That’. Por otra parte, «Johnny and Moz» rasga a través de los restos de una relación. «Pacino me habló de un ex que solía golpearlo mientras dormía», dice Jacky. Mientras tanto, «Comfort Man» y «Special/Lame» apuntan a una pieza de basura humana de la vida real, tanto que hicieron que el padre de Ben hiciera un solo de flauta dolorosamente malo sobre él. Tres tomas, y todavía apestaba a decepción.

Si te gusta el rock ‘n’ roll con un toque de ojos rojos y malas decisiones, la banda sonora de BAD VIBES es para ti. Piensa en la amenaza salvaje de The Stooges, el terror a fuego lento de Bad Seeds, la mueca nihilista de Pussy Galore y el crudo blues crujiente de The Gun Club, todo filtrado por la lente de una banda que se niega a seguir las reglas. SEXFACES ha llegado, y no están limpiando lo que ensucian.

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