Las Palabras, proyecto en solitario de Rafael Cohen de !!! (Chk Chk Chk) presenta su nuevo álbum Fe.

Foto: Laia Rafols

El proyecto en solitario de Rafael Cohen, Las Palabras, da al miembro del grupo de dance-rock !!! (Chk Chk Chk) el espacio para revelarse como artista latino alternativo y lo que él llama “un creyente cauto”. Lanzado hoy, Fe, el segundo álbum de Las Palabras y primero en el sello barcelonés La Castanya, “trata de lo que significa tener fe, de lo que significa tener dudas, y de lo que significa permanecer abierto a la idea de que algo intocable e incognoscible puede existir”. Un amalgama de ritmos que van del hip hop a la bachata, intercalados con contemplativas baladas, Fe está teñido de influencias que incluyen grooves brasileños, electro funk ochentero y matices de smooth soul. Un disco para un cierto tipo de veladas tranquilas y también para un cierto tipo de pistas de baile.

Escrito y producido por Cohen en su estudio casero de Brooklyn y mezclado por el guitarrista de Black Pumas Adrian Quesada, el álbum basa su sonido en la guitarra de cuerdas de nailon, el bajo eléctrico la batería y los sintetizadores. Historias personales que invocan el zodíaco chino, los espejismos en las autopistas y las maravillas de la naturaleza abren la puerta a “la idea de que quizá haya algo más”.

“Toda mi vida me he preguntado cómo encaja la fe”, dice Cohen. Su abuelo, el único judío devoto que vivía en un pueblo de Guatemala, “era muy religioso y supersticioso a la manera sefardí. Era una fe muy folclórica: No se pasa un cuchillo en la mesa. Y cada vez que alguien dice culebra tienes que decir lagarto”. Cohen nació en México después de que sus padres abandonaran Guatemala en los años sesenta; más tarde se trasladaron a Washington DC. Aunque Cohen, entonces un fan de Fugazi de 13 años, viajó a la ciudad natal centroamericana de su familia para su Bar Mitzvah para complacer a su abuelo, creció en un hogar pragmáticamente ateo: “A mi madre le gusta levantar un vaso y decir: `Si se me cae esto se romperá’”.

Sus recuerdos de las batallas generacionales de su familia por la fe y las canciones de este álbum que han inspirado se interpretan en español, el idioma que hablaban en casa. Pero el deseo de cantar en su español natal sólo surgió cuando se compró una guitarra de viaje con cuerdas de nailon que encontró en una tienda mientras estaba de gira por el suroeste de EE.UU. con !!!. Le recordó a la que su padre le había enseñado a tocar cuando era niño. Empezó a trabajar un groove que escuchó en un tema del soulman brasileño Jorge Ben Jor. Así nació la primera de sus canciones originales con letra en español, que aparecerían en el primer álbum homónimo de Las Palabras en 2020. Trabajando en solitario para producir el set acústico, encontró una nueva fe en sí mismo como cantante y compositor.

“Me sorprendió porque no creía que pudiera hacerlo”, dice. “Pero me salió muy natural. Me siento impulsado a hacer esta música. Es muy personal y muy abierta. Yo hago música house y no es nada personal. Y me encanta. Pero esto me abrió nuevas puertas creativas”.

“Escudo y Espada”, el primer tema de Fe, es un grito de guerra a favor de un pensamiento más mágico que marca el tono del álbum. “Es una canción sobre bajar las defensas y abrirse a la idea de la fe”, dice Cohen. “Es una especie de alegato a la apertura y a bajar la guardia por un segundo”.

“El Año del Dragón” revela, con swing de bossa nova, que Cohen, su hija, su padre y su tío han nacido bajo el signo del dragón. “Aunque no creo exactamente en el zodíaco chino, ¿quién soy yo para burlarme de una forma de interpretar la psicología que existe desde hace miles de años?”. La cantante griega Σtella añade dramatismo al tema con etéreos conjuros pop. Cohen dice que probablemente no habría escrito una canción tan claramente personal en inglés, un idioma que para él tiene un umbral literario más alto. Pero es la intimidad cotidiana de esas letras en español lo que hace que la canción sea trascendente.

Esa universalidad también se expresa en “De Nuevo Otra Vez”, que habla de ese extraño retorno a la infancia que experimentamos cuando, de adultos, volvemos a casa para pasar tiempo con nuestros padres. La canción, que Cohen dice haber escrito “escuchando muchos discos del cantante brasileño Erasmo Carlos”, cuenta con la participación de su esposa, la música Molly Schnick, y su hija de 11 años, Guadalupe Cohen, que cantan juntas en un estribillo de llamada y respuesta.

Fe está teñido de influencias musicales que incluyen esos grooves brasileños, pero también matices de Sade, Sounds of Blackness y el grupo de electro funk de los ochenta Zapp. En los arreglos destaca la sección rítmica, con Chris Egan (Solange, Blood Orange) a la batería y Alberto López (LCD Soundsystem, Stanley Clarke) a la percusión. Cohen atribuye a Adrian Quesada el tono cálido y desgastado del álbum: “Hizo que los ritmos sonaran mucho más grandes y le dio un aire de hip hop de los 80. Entendió muy bien las referencias y aportó su experiencia en música latina”.

“La Misma Luna” es “una oda a las bachatas que oigo por las ventanillas de los coches desde mi apartamento de Brooklyn todos los días”. La canción es un dueto con la cantante Angélica Garcia, cuya propia música abarca géneros como el pop, el punk y el baile latino. El estribillo repite una frase que Cohen dice a sus dos hijos, Guadalupe y su hijo pequeño Ramón, cuando se va de gira: “Mira la luna por la noche porque es la misma que estoy mirando yo”.

Cohen dice que no creó su alter ego Las Palabras con la intención de reivindicar sus raíces. Pero ser padre le ha hecho naturalmente más consciente de su origen. “Ahora que tengo hijos, me interesa mucho que sepan quiénes son”, dice.

En la sobria y fascinante “También”, Cohen, acompañado únicamente por su guitarra, avanza cantando sobre “tener un poco de fe en el futuro y en uno mismo”. Finalmente, en la canción que da título a Fe, la última del álbum, llega a la única conclusión posible sobre el tema del disco. “Tengo fe, no sé muy bien por qué… y por eso es fe”.


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