Iron Maiden y su viaje entre el pasado y el futuro en el Estadio GNP de CDMX
INDIE AM
Jueves 21 de Noviembre de 2024
Alejandro Balcázar
Fotos: OCESA/César Vicuña
El 20 de noviembre, el Estadio GNP Seguros se transformó en un portal temporal cuando Iron Maiden aterrizó en la Ciudad de México para ofrecer un espectáculo único en el marco de su gira ´The Future Past´. La banda de heavy metal británica logró lo que parecía imposible: mezclar el poder de su legado con una visión futurista, llevando al público a un viaje sonoro que no solo celebró sus grandes éxitos, sino que también exploró su nueva era con una nueva generación de fans.
La noche comenzó con «Caught Somewhere in Time», un guiño a su disco homónimo, mientras la banda se adentraba en un concepto de ciencia ficción que dominó el setlist. La voz inconfundible de Bruce Dickinson saludó a la audiencia mexicana con un enérgico “¿Están listos?”, desatando la locura en un público que coreó cada letra con devoción. Los primeros acordes de guitarra fueron acompañados por un piano melódico, creando una atmósfera nostálgica y futurista a la vez.
La atmósfera se mantuvo densa y cinematográfica, cuando, con la intro de «End Titles» de ´Blade Runner´, Iron Maiden nos trasladó al pasado con «Stranger in a Strange Land», un clásico de 1982 que los que tuvimos la oportunidad de escucharlo en sus buenos tiempos ya no alcanza esas notas altas que caracterizaban el heavy metal de los 80´s. Como Frontman es uno de los mejores de todos los tiempos teniendo un gran dominio del escenario y sobre todo su gran conexión con el público, primero salió con una gabardina estilo futurista post apocalíptica después sin y con un conjunto de mezclilla de dos piezas y al final con una gabardina de mezclilla en tonos grises, de verdad se extrañan esas licras de colores sólidos y a veces a rayas o con estampados, verlos en vivo durante más de 39 años en diferentes foros y ciudades, la sensación y las épocas son tan distintas que es cuando te hacen encajar en el ´The Future Past´.
Es la primera vez que veo interactuar a Dickinson con Eddie, la mascota de la banda, que hizo su aparición, en esta ocasión con un atuendo futurista peleando con Bruce con armas y cañones Laser, (extraño al Eddie del Somwhere in Time tour)
El concierto siguió avanzando en el tiempo y el espacio. Con «The Writing on the Wall», la banda no solo ofreció un espectáculo musical, sino una crítica profunda sobre la corrupción y la resistencia al cambio. La energía del público fue desbordante, con mosh pits y cánticos interminables que levantaban la temperatura en el gélido aire de la noche capitalina.
Durante «Days of the Future Past», el escenario se iluminó con las luces más brillantes, mientras Dickinson dirigía la maquinaria del metal con una intensidad que nunca decayó. La interacción con el público alcanzó su punto álgido cuando, con humor, invitó a la audiencia a viajar en el tiempo y revivir los éxitos de 1986 con «The Prisoner», «Heaven Can Wait» y «Fear of the Dark». La audiencia, como si realmente viajara en el DeLorean, respondió con entusiasmo inquebrantable.
Incluso menciono al Show de Monty Phyton “de seguro nadie sabe de lo que estoy hablando” comento Bruce y siguió con el show.
El cierre de la noche tenía que ser con las clásicas, en este caso «The Trooper» y «Wasted Years», con las que Iron Maiden demostró que, a pesar de los años, su energía sigue intacta, ofreciendo un espectáculo lleno de virtuosismo, nostalgia y, por supuesto, la actitud inconfundible que ha marcado su historia.
Así, Iron Maiden no solo nos regaló una noche de metal épico, sino un verdadero viaje en el tiempo, donde el pasado y el futuro se encuentran en su música, desafiando al tiempo mismo.
(En lo personal extraño esos shows en el Coliseo del Paso Tx. en donde el boleto tenía un solo costo, la cerveza era barata y te podías sentar o parar donde quisieras y que además estaba atascado de greñudos hasta mero enfrente meneando la melena al ritmo de la musica, nota del escritor).