The Bongo Hop lanza nuevo álbum ‘La Pata Coja’

The Bongo Hop regresa con un trabajo muy colorido y altamente bailable donde de nuevo rompe con los muros entre estilos. Navegando de un lado a otro del Atlántico y en busca de una tierra de ensueño musical, se ofrece una visión más profunda de su forma de crear. Un enfoque orgánico, directo, con canciones contagiosas y rítmicas coronadas una vez más con colaboraciones impecables.

The Bongo Hop (Etienne Servet) confiesa no ser un productor que publica en serie: “es solo que no hago música para llenar un vacío, lo hago cuando tengo algo que decir. También me gusta el desafío de que cada canción sea lo suficientemente buena como para llegar a su público. Y hasta ahora, siempre he evitado repetirme con el mismo tipo de canciones. Así que lleva tiempo. La mitad las empecé durante la pandemia y luego las dejé reposar”.

En este álbum se explora desde música soul colombiana, afro-jazz a pop brasileiro de los 70s, que también ritmos carnavalescos profundos y oscuros.

El título de este disco tiene un porqué. Surgió a raíz de un accidente en Dominica donde TBH se dañó los ligamentos cruzados. “Es también la historia detrás de la cáscara de plátano en la portada… Me preocupaba que de alguna manera debiera dejar mi actividad favorita: caminar en la naturaleza”. Nidia Góngora pasó también por sucesos dramáticos en su familia aún mayores. Así que, el pensamiento de seguir con firmeza -bueno, igual no con tanta agilidad, pero sí con determinación- el camino de la vida, incluso volver a bailar a pesar de baches y situaciones, está en todo momento presente. Tanto en el título, como en el transcurrir de las canciones que componen ‘La Pata Coja’.

Son las desventajas las que empujan la imaginación más allá de los propios límites, y en el mejor de los casos, se termina creando cosas propias y originales.

El anterior, ‘La ñapa’, se adelantó

TBH no quiso forzar el proceso, faltaban algunas piezas. “‘La ñapa’ surgió como una golosina de transición durante la espera. Además, para ‘La Pata Coja’, tenía muchas ganas de contar con mi banda en vivo en el estudio a la hora de grabar. Justo en 2021 estaba en esta transición entre la anterior formación, un sexteto, y la nueva que tengo ahora, un octeto”.

“Antes, contaba con el productor Patchworks, en esta ocasión he estado solo aunque, paradójicamente, rodeado de músicos increíbles”.

En directo, y en el estudio de grabación

Lo que se grabó aquel día en la sesión es lo que todos escuchamos en el disco. Algo así como sentirlos sobre el escenario. La música tiene que encontrar su máximo nivel de expresión con el encuentro y las vibraciones que se generan dentro del estudio: 8 personas, 8 instrumentos y punto. “Lo que te obliga a tomar decisiones bien pensadas en cuanto a composición y arreglos, para ir directo al grano. Y eso se traduce en paletas estéticas y sonoras específicas” comenta Etienne.

Un viaje musical donde hay mucho colorido, pero no se apropian de nada

Aunque TBH cuenta con una historia de experiencias que cambiaron su vida, fuertes recuerdos musicales y emocionales en tierras colombianas, su trabajo es aperturista siempre, con un presente siempre en tensión y acorde con una tremenda imaginación. “Cuando estaba en Colombia, por ejemplo, pasaba mis días escuchando tanto música de África occidental como de Colombia. Y fantaseaba con Sao Tomé, Pointe Noire y Porto Novo mientras experimentaba Guapi, Cauca. Ya sea en aquel entonces o ahora, el viaje que quiero experimentar, mientras paso las tardes leyendo mapas, pinchando un buen disco y bebiendo ron, es tan importante como el viaje que realmente realizo. Al igual que los colombianos, me niego a que me asignen el lugar de donde vengo o todo se limite a donde vivo ahora (Francia)”.

Más sobre los invitados en el nuevo disco

TBH al habla: “Es como una experiencia de laboratorio que quería llevar a cabo, quería saber qué se siente al tener mi música envuelta dentro de un sonido diferente. Quise invitar a artistas que participaron en discos anteriores: Nidia Góngora, por supuesto, pero también Kephny Eliacin y Laurène Pierre-Magnani, con quienes compartí muchas experiencias musicales yendo de gira. Lo mismo que me unió con Francy Bonilla, sobrina de Nidia. Nidia la envió a tocar algunos conciertos en Canadá -fue bastante épico- y realmente me sorprendió con su talento y energía. La quería en mi disco”.

Para ‘Eko Eko’, una canción oscura y criolla, le resultó bastante difícil decidir “… alguien sugirió a Moonlight Benjamin, de quien había oído hablar. Después de escucharla atentamente, no tuve dudas, quedé fascinado. Tenía que ser ella. Su personaje, voz barroca y vudú”, es la ideal sin duda para esta especie de carnaval oscuro.

Por otro lado, TBH seguir explorando aquel relato transatlántico que inició en 2017 con ‘Satingarona pt1’, mezclando portugués, español, criollo, y bangangte. “Tengo mucha admiración por el cantautor Lucas Santtana, a quien descubrí en 2009. Como periodista lo conocí y lo entrevisté em São Paulo. Recuerdo haber regresado de ese viaje lleno de energía y con la idea subconsciente de que debería comenzar a pensar en hacer música. Había conocido a personas increíbles como Amayo de Antibala, Rica Amabis, Thalma de Freitas, Ceu, Les Nubians, Nina Becker, etc.. En el caso de Jean Tchoumi, mi bajista, lo quería para unos coros pero pronto pensé que podría hacer la voz principal en el tema ‘Ah! Kumana’. En el escenario lo escucho gritar los coros todo el tiempo y tiene una voz hermosa. Le ofrecí hacerlo y dijo que por supuesto, ¡como si me hubiera estado esperando!”.



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